Aunque existen contingentes arancelarios que limitan la cantidad de productos lácteos que pueden entrar sin arancel, estos se están reduciendo gradualmente. Para 2024, se espera que los contingentes se eliminen por completo, lo que podría abrir aún más las puertas a las importaciones y agravar la situación de los productores locales.
La caída en el consumo de productos lácteos ha llevado a una disminución en los precios que se pagan a los productores. Felipe Pinilla, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), ha señalado que el consumo se ha visto afectado, lo que ha llevado a los compradores a reducir los precios pagados a los productores, afectando su rentabilidad. En regiones como Boyacá y Santander, los productores han tenido que derramar grandes cantidades de leche debido a la falta de compradores. Se estima que se están perdiendo más de 50,000 litros diarios, lo que no solo representa una pérdida económica, sino que también podría utilizarse para combatir la desnutrición en áreas vulnerables.
El incremento en los costos de insumos, como la urea y el transporte, ha encarecido la producción. Los productores afirman que estos costos han hecho que el negocio sea inviable, lo que contribuye a la crisis en el sector. Aproximadamente el 50% de la producción láctea en Colombia es informal, lo que complica aún más la situación. La informalidad limita la capacidad de las industrias formales para comprar y procesar leche, aumentando la crisis.
Para revertir la crisis láctea, es necesario explorar nuevas tecnologías, modelos de negocio y canales de distribución que permitan agregar valor a los productos lácteos y fortalecer la competitividad del sector.
Es esencial implementar campañas que promuevan el consumo de productos lácteos, especialmente en programas de alimentación escolar. Esto podría ayudar a aumentar la demanda y estabilizar los precios. Organizar ferias y ruedas de negocios puede facilitar la conexión entre productores y consumidores, reduciendo la intermediación y mejorando las condiciones de venta para los ganaderos
Se requiere un compromiso del gobierno para establecer políticas que apoyen a los productores, incluyendo subsidios y programas de capacitación para mejorar la productividad y la formalización del sector. Además, tienen un gran mercado potencial en los programas de alimentación escolar (PAE), haciendo contratos directamente con los productores de leche y usando mecanismos como la maquila para entregarla en condiciones óptimas a los niños de los colegios. Seguramente, es una oportunidad para brindar leche o derivados a los niños que por su condición económica no pueden consumirlos.
En esto pueden contribuir los gobernadores y los alcaldes organizando lo que haga falta para motivar a los consumidores, no solo para que compren sino que contribuyan en algo para solucionar el problema. Posiblemente, tengamos que cambiar un poco los hábitos de consumo, como sustituir la carne como fuente de proteína por queso, una gran fuente de proteína y calcio.
Es fundamental mejorar la articulación entre los diferentes actores de la cadena láctea, desde los productores hasta las industrias procesadoras, para asegurar un flujo adecuado de productos y precios justos. Invertir en infraestructura y tecnología para la producción y distribución de leche puede mejorar la eficiencia y reducir costos, beneficiando a los productores y consumidores por igual.
A manera de conclusión, se podría decir que la crisis del sector lácteo en Colombia es un problema complejo y múltiples causas. La creciente competencia de las importaciones, la disminución del consumo interno y el aumento de los costos de producción han llevado a una situación crítica para los productores nacionales. La informalidad del sector y la falta de políticas gubernamentales adecuadas han agravado la situación. Las consecuencias de esta crisis son significativas: pérdida de ingresos para los productores, desperdicio de alimentos y un impacto negativo en la seguridad alimentaria. Para superar esta situación, se requiere un enfoque integral que incluya la promoción del consumo de productos lácteos nacionales, el apoyo a los productores a través de políticas públicas, la formalización del sector y la mejora de la articulación entre los diferentes actores de la cadena de valor. Es urgente que el gobierno, los productores y los consumidores trabajen en conjunto para encontrar soluciones sostenibles a esta crisis.