El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, un día en el que se hace un llamado a la acción que involucra a gobiernos, agricultores, organizaciones y la sociedad en general, con el objetivo de mejorar nuestro sistema alimentario para hacerlo más justo, sostenible y saludable para todos.
Además, se destaca la importancia de una dieta equilibrada y la responsabilidad en la elección y el consumo de alimentos. También es una oportunidad para subrayar el papel crucial de la Organización de las Naciones Unidas para la Agric
ultura y la Alimentación (FAO) en la seguridad alimentaria, relacionándolo con el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU -– Hambre cero.
ultura y la Alimentación (FAO) en la seguridad alimentaria, relacionándolo con el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU -– Hambre cero.
En esta fecha, se nos recuerdan las cifras alarmantes de hambre y desnutrición en el mundo, cifras que varían con el tiempo debido a factores como la disponibilidad de alimentos y las crisis económicas. En datos recientes, se destaca que antes de la pandemia de COVID-19, 690 millones de personas padecían hambre crónica, y 149 millones de niños sufrían de desnutrición en 2020 (ONU). La obesidad también se presenta como un problema global, afectando a más de 650 millones de adultos en 2016. La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación al impactar negativamente la disponibilidad y el acceso a los alimentos.
Además, es fundamental abordar el problema de las pérdidas de alimentos, especialmente después de la cosecha, un desafío importante en la cadena de suministro. Casi un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia, y esto se debe a diversas razones, como un almacenamiento deficiente y problemas en el transporte. Las pérdidas de alimentos son más pronunciadas en restaurantes y hogares en algunos lugares, mientras que en otros, como en Colombia, se concentran en la etapa poscosecha debido a la falta de infraestructura, estudio Departamento Nacional de Planeación (DNP.
Entonces, ¿qué podemos hacer como individuos? Todos podemos ser parte de la solución. Esto implica comprar y consumir de manera responsable, almacenar los alimentos adecuadamente, compartir las sobras y considerar donar alimentos no deseados a organizaciones benéficas locales. Además, es importante concienciar sobre la importancia de reducir el desperdicio y respaldar proyectos y proveedores que trabajen en la reducción de pérdidas de alimentos. Cada pequeña acción contribuye a hacer del mundo un lugar más sostenible y equitativo.
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