sábado, 2 de diciembre de 2023

Comuna 13, una posibilidad de cambio


Medellín, Colombia, es una ciudad conocida por su belleza natural y su vibrante cultura. Sin embargo, también es una ciudad que ha tenido que lidiar con la violencia y la pobreza. La Comuna 13, un barrio ubicado en el oeste de la ciudad, es un ejemplo de cómo la comunidad puede superar la adversidad y construir un futuro mejor.

En el pasado, la Comuna 13 era una zona peligrosa y controlada por grupos armados ilegales. La violencia era endémica y la gente vivía con miedo. Sin embargo, en las últimas décadas, la comunidad local ha trabajado arduamente para transformar el barrio.

Murales en la Comuna 13, Medellín
Una de las formas en que la comunidad ha logrado superar la violencia es a través del arte. Los grafitis y murales son una parte integral de la Comuna 13. Los artistas locales utilizan el arte para contar la historia del bar
rio, su lucha contra la violencia y su esperanza de un futuro mejor. 


La música también es una parte importante de la cultura de la Comuna 13. La comunidad ha promovido la creación de grupos de baile y música que fomentan el talento local y brindan oportunidades a los jóvenes. La danza urban
a, como el breakdance, ha ganado gran popularidad en la zona.

Además del arte y la música, la Comuna 13 ha sido sede de eventos culturales y festivales que reúnen a artistas de diferentes disciplinas y a visitantes de todo el mundo. Estos eventos promueven la cultura, el turismo y la reconciliación, al tiempo que generan oportunidades económicas para los habitantes del barrio.

Las escaleras eléctricas de la Comuna 13 son una de las atracciones turísticas más populares de la zona. Las escaleras, que fueron construidas por el gobierno colombiano, facilitan el acceso al barrio y brindan a los visitantes una vista panorámica de la ciudad.

La Comuna 13 es un ejemplo de cómo la comunidad puede superar la adversidad y construir un futuro mejor. El compromiso de los residentes del barrio ha transformado el barrio en un símbolo de resiliencia y esperanza.

lunes, 16 de octubre de 2023

Despertando Conciencias: El Día Mundial de la Alimentación 2023 nos llama a la acción en un mundo hambriento de justicia y sostenibilidad.

El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, un día en el que se hace un llamado a la acción que involucra a gobiernos, agricultores, organizaciones y la sociedad en general, con el objetivo de mejorar nuestro sistema alimentario para hacerlo más justo, sostenible y saludable para todos. 

Además, se destaca la importancia de una dieta equilibrada y la responsabilidad en la elección y el consumo de alimentos. También es una oportunidad para subrayar el papel crucial de la Organización de las Naciones Unidas para la Agric
ultura y la Alimentación (FAO) en la seguridad alimentaria, relacionándolo con el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU -– Hambre cero.

En esta fecha, se nos recuerdan las cifras alarmantes de hambre y desnutrición en el mundo, cifras que varían con el tiempo debido a factores como la disponibilidad de alimentos y las crisis económicas. En datos recientes, se destaca que antes de la pandemia de COVID-19, 690 millones de personas padecían hambre crónica, y 149 millones de niños sufrían de desnutrición en 2020 (ONU). La obesidad también se presenta como un problema global, afectando a más de 650 millones de adultos en 2016. La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación al impactar negativamente la disponibilidad y el acceso a los alimentos.

Además, es fundamental abordar el problema de las pérdidas de alimentos, especialmente después de la cosecha, un desafío importante en la cadena de suministro. Casi un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia, y esto se debe a diversas razones, como un almacenamiento deficiente y problemas en el transporte. Las pérdidas de alimentos son más pronunciadas en restaurantes y hogares en algunos lugares, mientras que en otros, como en Colombia, se concentran en la etapa poscosecha debido a la falta de infraestructura, estudio Departamento Nacional de Planeación (DNP.

Entonces, ¿qué podemos hacer como individuos? Todos podemos ser parte de la solución. Esto implica comprar y consumir de manera responsable, almacenar los alimentos adecuadamente, compartir las sobras y considerar donar alimentos no deseados a organizaciones benéficas locales. Además, es importante concienciar sobre la importancia de reducir el desperdicio y respaldar proyectos y proveedores que trabajen en la reducción de pérdidas de alimentos. Cada pequeña acción contribuye a hacer del mundo un lugar más sostenible y equitativo.

sábado, 3 de junio de 2023

Municipios más bonitos de Colombia


Respuesta de ChatGPT* a la pregunta, ¿Cuál son los 10 municipios más bonitos de Colombia?


Colombia es un país lleno de lugares hermosos y pintorescos. A continuación, te mencionaré algunos de los municipios más bonitos de Colombia, aunque es importante tener en cuenta que la belleza es subjetiva y hay muchos otros lugares encantadores en el país:


  1. Villa de Leyva
    Villa de Leyva
    Villa de Leyva: Ubicado en el departamento de Boyacá, este pueblo colonial conserva su arquitectura antigua y calles empedradas. Además, cuenta con la famosa Plaza Mayor, una de las más grandes de América Latina.

  2. Barichara: Situado en el departamento de Santander, Barichara es conocido por su arquitectura colonial impecablemente conservada. Sus calles empedradas, casas blancas y vistas panorámicas lo convierten en un lugar encantador.

  3. Jardín: Ubicado en el departamento de Antioquia, Jardín es famoso por sus coloridas fachadas y su ambiente tranquilo. Sus calles están adornadas con flores y su plaza central es un lugar perfecto para relajarse.

  4. Salento: En el corazón del Paisaje Cultural Cafetero, en el departamento de Quindío, se encuentra Salento. Este municipio es conocido por sus paisajes de montañas, su arquitectura tradicional y por ser la puerta de entrada al Valle de Cocora, famoso por sus palmas de cera.

  5. Guatapé: Situado en el departamento de Antioquia, Guatapé es famoso por sus casas coloridas y sus zócalos decorados. Además, el embalse de Guatapé, con su famoso Peñol de Guatapé, es un atractivo turístico imperdible.

  6. Mompox: Ubicado en el departamento de Bolívar, Mompox es conocido por su arquitectura colonial y su ambiente histórico. Sus calles empedradas y su cercanía con el río Magdalena lo convierten en un lugar pintoresco

  7. Monguí, Boyacá: Con su iglesia colonial y calles empedradas, Monguí es un encantador municipio andino que ha sido escenario de varias producciones cinematográficas.

  8. Santa Cruz de Mompox, Bolívar: Otro municipio en la región de Bolívar, Santa Cruz de Mompox es conocido por su arquitectura colonial y su atmósfera histórica.

  9. Manizales, Caldas: Esta ciudad es la capital del departamento de Caldas y se destaca por su ubicación en las montañas, con vistas panorámicas y una vibrante vida cultural.

  10. Honda, Tolima: Honda es un municipio histórico ubicado a orillas del río Magdalena, conocido por su arquitectura colonial y sus calles adoquinadas.


Estos son solo algunos ejemplos de municipios hermosos en Colombia, pero el país tiene muchos más lugares encantadores por descubrir. Cada región ofrece su propia belleza y encanto, por lo que vale la pena explorar y descubrir nuevos destinos.


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*¿Qué es ChatGPT?


ChatGPT es un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI. Está basado en la arquitectura GPT (Generative Pre-trained Transformer), específicamente en la versión GPT-3.5. ChatGPT es capaz de generar respuestas en lenguaje natural a partir de las preguntas o instrucciones que se le proporcionen.


El modelo ha sido entrenado en una amplia variedad de datos de texto para aprender patrones y estructuras del lenguaje. Puede entender y generar texto coherente y relevante en respuesta a diferentes tipos de consultas o solicitudes.


ChatGPT ha sido utilizado en diversas aplicaciones, como asistencia virtual, generación de contenido, respuestas a preguntas, tutoría en línea y más. Su capacidad para manejar el lenguaje natural lo hace útil para


sábado, 2 de enero de 2021

El Covid-19 y el nacimiento de una estrella de TV

Iván Duque M. Presidente
Presidente - Iván Duque Márquez
- Prevención y acción
El 2020 quedará en la historia de la humanidad como el año en que un virus, el coronavirus cambio la vida de por lo menos a 188 países: poco tránsito, casi ningún negocio abierto y confinados. Cuando llegó a los 5 continentes la OMS declaró pandemia. Una predicción que se les escapó a nuestros adivinos, muy comunes en la tv en los primeros días de cada año. También quedará como el año en que Colombia vio el nacimiento de una estrella de televisión.

Luego de la tardía decisión de la OMS, se hicieron muchas recomendaciones para reducir el riesgo de contagio, pero la más llamativa fue el uso de una nueva prenda; el tapabocas, que de marzo de 2020 hasta ahora, ha hecho parte de nuestra vida diaria, identificábamos esto con el sector salud y en el alimentario. Con esta nueva prenda perdimos algo de identidad, además, debíamos mantener distancia social (1 - 2 metros), tuvimos que evitar el contacto físico. Se puso de moda la palabra cuarentena; la de 15 días, a final tuvimos una continua de por lo menos 100 días. Paralelamente pasamos de hablar y hablar de coronavirus a Covid-19. 

Los miembros del sector salud, los más expuestos al contagio, consiguieron algo de reconocimiento, vinieron aplausos (con el tiempo muy tibios), algún presidente; el de nuestra Colombia, el Sr Iván Duque, sugirió hacer obligatorio el servicio de los profesionales de la salud, ante el rechazo, abandonó la idea. Esos profesionales dejaron la piel con su servicio a los contagiados, muchos perdieron la vida. Quizá cuando pase la crisis, por menos los reconozcan en lo laboral, poco probable con los gobernantes  y legisladores que tenemos.

Así como muchos lo tomaron en serio, tres o cuatro mandatarios del mundo minimizaron el evento - todos de países influyentes -. Otros aparecieron con las llamadas teorías de la conspiración, la del 5 G, quienes decían que la enfermedad era real, pero que era causada por la radiación del sistema de telefonía. Alguno más, como el Sr Bill Gates, que el propósito era favorecer a las farmacéuticas, alguno más, que es una manipulación que nos están haciendo para mejorar las economías de algunos pocos países.

Sin importar la causa de la aparición del bicho este, contagiados y muertos fueron apareciendo, y con ello los protocolos se impusieron: para lavarse las manos, para entrar a la casa, para viajar en lo que fuera, para abrir los negocios, para saludarse, para poder cumplir con nuestro trabajo en las empresas.

Los epidemiólogos nos mostraron predicciones estadísticas, con las que algunos mandatarios nos alentaban diciendo; la curva se está aplanando, estamos cerca del pico, y los que mostraron datos a la baja, pusieron en marcha la desescalada, estableciendo fases, de 0 a 3. Infortunadamente con esta última decisión, los rebrotes no se hicieron esperar.

Localmente, en nuestra querida Colombia, lo más común fue la disputa de poderes, la del presidente Iván Duque M. y la alcaldesa de Bogotá Clara López, cada uno criticando las acciones del otro, al final se impusieron los gremios económicos y reabrimos sin más, lo que dio a entender a muchos colombianos, por desconocimiento en muchos casos o por rebeldía en alguno más, que la crisis había terminado.

Todo eso lo conocimos no solo a través de los medios de comunicación, sino por que diariamente muchos colombianos, disfrutaron por lo menos al comienzo de la crisis, la presencia del presidente Duque, en muchos canales de televisión (en las parrillas de los operadores de tv la imagen se repetía), informando sobre decisiones, logros, por su puesto mostrando cifras, las que eran más consecuentes con sus actos. Luego el programa derivó en entrevistas del moderador, ya más presentador de televisión que presidente. Tuvimos la presencia de personajes como el señor Leopoldo López, para hablar de la "crisis sanitaria en Venezuela", eso si introdujo algún tema más político que otra cosa. Al parecer se cambió la desgastada e inoperante imagen del "presidente interino" de Venezuela, Juan Guaidó. 

Más tarde, entre virus y vacunas, conocimos los alcances de este gobierno en materia vial, se inauguró por fin la megaobra de la Linea, eso sí sin terminar y con un enorme reconocimiento al presidente (acorde con su ego), una enorme placa que resaltaba más, que la misma obra - !sencillo nuestro presentador! - .

Para rematar el año, el mismo presentador, ya muy consolidado, reconocía la labor de nuestro congreso desde la posición de presidente, en la mismísima nochebuena los premiaba con un 5,12% en sus asignaciones, no estoy muy seguro de si salariales, porque cumplir con sus compromisos, muchos no lo hacen. Poco después de la fallida mesa de concertación, nos sorprendía con ese maravilloso 3,5%, que no podía ser más alto, debido a los efectos de la crisis sanitaria, por su puesto que no afectó a los honorables congresistas. Todo esto lo remata, nuestro presidente, con una frase, "por primera vez en la historia de Colombia y cumpliendo una promesa de campaña superará incluido el subsidio de transporte, el millón de pesos”. Eso si desconoce, o nos creen tarados para no entender ¿Qué es un es salario mínimo?. El congresista Ciro Ramírez, avala la decisión presidencial expresando en relación con la cifra de incremento 'el doble de la inflación registrada".

Con los argumentos expuestos por el presidente y ratificado por sus seguidores, las empresas en general, por supuesto afectadas, tendrán el soporte para aumentar o no,  algo similar al salario mínimo, claro, porque los tiempo de crisis lo demandan.

Cuando volvamos a la "normalidad", si tenemos la suerte de aparecer en turno para aplicarnos la vacuna, y si con esta se alcanza la inmunidad de este sufrido rebaño colombiano, por algún tiempo recordaremos al famoso bicho, las imágenes serán parte de la historia. 

Terminada la actual presidencia de la República de Colombia, seguramente las ofertas no le faltarán al ex presidente, para entonces muy consolidado y dominador de los medios, y le disputará el protagonismo a otro sencillo presentador, Jorge Alfredo Vargas.

Cuando terminábamos el año 2020, nuestro año especial, no dijimos feliz y próspero 2021, sino más bien, "que estemos saludables y con empleo en el 2021"

sábado, 17 de agosto de 2019

Destino Teatro Colón

Durante las vacaciones, algunos trazan planes con meticulosidad mientras otros se entregan a las excursiones improvisadas. La pregunta recurrente: ¿y el destino? Los adinerados preparan maletas vistosas que llaman la atención en aeropuertos, otros cargan lo esencial en sus autos dispuestos a detenerse donde caiga la noche, y unos pocos optan por quedarse en su ciudad, ya sea por falta de apego a los viajes o por simple elección.

Si la decisión es explorar la propia ciudad, ¿cómo satisfacer el antojo de descubrimiento? Las opciones abarcan un abanico amplio: parques, centros comerciales, museos o sumergirse en la ilusión de ser compradores y meramente observar, puesto que lo que más cautiva suele exceder el alcance económico.
A la vuelta de la esquina aguardan maravillas insospechadas que ofrecen los hogares urbanos: museos, arquitectura, el corazón histórico de cada urbe, teatros y mil cosas más, muchas accesibles o a precios módicos.

En Bogotá, nuestra capital, abundan los rincones interesantes para visitar y descubrir. Uno de ellos, el Teatro Colón, se erige como un símbolo antiguo y aristocrático. En tiempos pasados, este teatro fue un lujo inalcanzable para muchos, mas su verdadera esencia radica en ser un templo de la cultura. Ha sido testigo de actuaciones de músicos y cantantes de ópera, zarzuela y de nuestras propias historias. Decidimos explorarlo, no como espectadores ni artistas, sino para desvelar los misterios del Colón: sus palcos, tramoya y sótanos.

Para llegar, nos adentramos en la cultura urbana de Bogotá, en este caso, a través del TransMilenio: vendedores ambulantes ofertando sus productos y conversaciones a todo volumen, buscando ser escuchados por quienes transitan. Fue sorprendente presenciar a cuatro jóvenes con guitarra, violín, melódica y maracas interpretando música de Jorge Veloza. Cerca de la estación de universidades, tras dos canciones, cerraron su presentación con el verso de "la cucharita", oportuno para concluir su actuación. Aunque su estilo de baile y apariencia no reflejaban la cultura boyacense, recibieron aplausos y monedas como reconocimiento a su esfuerzo. Su mensaje final fue claro: música de Colombia para los colombianos.

Ubicado en la Calle 10, número 5-32, se alza majestuoso el imponente Teatro Colón, frente a lo que solía ser la sede presidencial, hoy la Cancillería. Mientras aguardábamos el recorrido, turistas nacionales, extranjeros y nosotros mismos nos maravillamos con los detalles neoclásicos que adornan su fachada.

El interior del teatro presenta tres zonas que destacan: "El foyer", reminiscente del estilo francés, o lo que llamamos en español el vestíbulo, seguido por la sala principal y la tramoya, encargada de los cambios en el escenario y el sótano.

El vestíbulo, un espacio de encuentro previo o posterior a la función, muestra en su techo frescos inspirados en personas de la época de la construcción del teatro. Los detalles arquitectónicos son sofisticados, con puertas y ventanas que bien podrían considerarse obras de arte. Es aquí donde se comparten las impresiones dejadas por la obra o las formas y maneras de los visitantes.

En el mismo nivel, se accede a los palcos, destacando uno que, según la guía, rara vez se ocupa: el palco presidencial, sin identificación, que debería llevar el número 13. Desde este sitio, la vista es privilegiada y el sonido, impecable. Se presume que los presidentes que lo ocuparon tenían buen gusto y oído. Según los guías, nuestros mandatarios no frecuentan el lugar, quizás por ocuparse en tareas más trascendentales para el país.

Más arriba, en el último nivel, se encuentra "el gallinero", reservado para aquellos de menor posición social, un espacio no destinado al lucimiento. Aquí se aprecia la belleza de la lámpara Ramelli, llena de historias y anécdotas.

Volviendo al nivel principal, pero al frente, encontramos el escenario, desde donde se vislumbran los entretelones del espectáculo y los intrincados mecanismos de poleas y cortinas que permiten cambios precisos y ágiles entre escenas. Entre los telones destaca el legendario telón de boca, pintado por el italiano Annibale Gatti, con treinta y seis personajes de distintas óperas. Sin embargo, su deterioro hace difícil su exhibición. Bajo el escenario, el sótano permite modificaciones para ubicar la orquesta o ampliar la capacidad del teatro.

Sentados en la platea, comprobamos que este espacio estaba destinado a que los palcos fueran parte del espectáculo social. El fresco en el techo muestra seis musas, una disposición quizás por conveniencia geométrica. Dos escudos nacionales, uno frente al otro pero con el cóndor en distintas direcciones, han sido objeto de especulaciones.

Con sus adornos, pinturas, frescos y aforo completo, la acústica de este lugar se compara a la de la Scala de Milán, un reconocimiento justo a este teatro.
Tras la visita guiada, enriquecidos con 125 años de historia, nos despedimos del teatro ya con escasa luz, invitándonos a contemplar las calles de la Candelaria en semioscuridad. Nuestra guía, llamada Candelaria, también dejó su huella.

De vuelta en el TransMilenio, ahora son artistas urbanos los que amenizan el trayecto. Entre sus versos con indirectas y rimas repetitivas, solicitan una retribución por su arte. Antes de concluir su presentación, un diseñador de la calle con formación universitaria nos impacta con un dibujo efímero hecho con tiza en el suelo. Las pisadas inevitables lo borran, pero las imágenes de la cultura urbana y las personas que muestran su condición social persisten imborrables.

miércoles, 7 de agosto de 2019

!200 años sin independencia!

En la primaria nos adoctrinaron con las gestas de nuestros héroes: Bolívar, Santander, Nariño, y a la vez le tomábamos aversión a españoles (chapetones les decían) lideres del ejército realista. En la niñez ya nos increpaban a odiar nombres como José Maria Barreiro. Entre buenos y malos supimos que el 20 de julio de 1810 fue el grito de independencia.

La historia nos cuenta que casi 10 años después de la firma del acta de independencia, las hostilidades continuaba, seguían  los rebeldes, habría alguno más de los nacidos en América que gustaban de estos regímenes llamados realistas. Esos rebeldes se empeñaron que era posible la liberación completa, el 25 de julio de 1819 en el hoy llamado Pantano de Vargas, corregimiento del municipio de Paipa ganaron la primera batalla y más tarde; el 6 de agosto de 1819 el triunfo fue en la Batalla de Boyacá en el puente del mismo nombre, muchas personas murieron de ambos lados, unos y otros defendían su propia causa.

Pensando un poco en la fiestas conmemorativas, el Departamento de Boyacá han hecho esfuerzos por recordar ese 7 de agosto de 1819 para enaltecer a sus gestores, para hacer de los lugares un recuerdo que la intención independizadora era un fin y no una necesidad del momento. Para el gobierno nacional paso como una fiesta más, y un monumento se habrá restaurado. 

Dos siglos y no está claro si esa independencia se logró; mejor sería decir cambió de actores. Pasamos del "yugo español" al de los propios colombianos, esos que nos han administrado en las dos centurias de historia. Unos pocos, heredaron lo que tanto odiaban; el modelo monárquico. Aunque formalmente no tienen la "noble sangre", cuatrienio a cuatrienio se transfieren el poder. Incluso hasta tuvieron que hacer un acuerdo llamado "frente nacional" en el que cada partido se aseguraba el poder sin ninguna oposición; unos pocos apellidos que se consideran intelectuales, "hábiles" para comprender nuestras realidades.

Algún apellido se les habrá "colado", mejor dicho, han tenido que poner alguno para seguir desde la puerta trasera ejecutando sus caprichos. Los Uribe, uno, el que con sus nobles deseos de poder, quiso estar gobernando a perpetuidad, el otro, nieto de expresidente, su partido político lo lleva (su gran partido) en una carrera apresurada hacia el Palacio de Nariño.

Por fortuna hay muchos colombianos de bien que han escrito muchas páginas doradas en nuestra historia republicana, los que se han destacado en el arte, en la ciencia, en la literatura, y en los últimos 50 años, en el deporte. Algunos de ellos (los científicos) ocupan lugares discretos en las páginas de los diarios (no venden, no hay marchas por ellos), otros como los deportistas, temporalmente se les dedican primeras páginas en los principales periódicos, los invitan para otorgarles medallas, les prometen recursos para sus disciplinas. No podrá faltar la fotografía que haga notar el apoyo. Al final la emoción patriótica desaparece y con ella las promesas.

¿Será que tienen que pasar otros 400 años para que nuestro país tenga el lugar que merece, tenga los administradores que trabajen por los que los ponen ahí? ¿para que no conviertan el presupuesto nacional en una fuente de ingresos personales, dejen de ser corruptos?. Se opongan a acuerdos racionalmente y no por intereses personales o por intenciones revanchistas? ¿Que los colombianos que estén por entonces tengan la tranquilidad para salir a cualquier lugar de sus ciudades, de sus campos, sin que tengan que cuidar sus espaldas, sin que les callen porque dicen la verdad; porque denuncian? 

Algún día los colombianos despertarán con el orgullo por sus gobernantes que usan bien los recursos, porque es un país seguro, porque no están divididos, por que se apoya a los intelectuales y porque los deportistas no tienen que mendigar el apoyo. Alguien dirá que es una utopía, pensemos que puede ser posible una verdadera independencia, la independencia del mal.