miércoles, 17 de junio de 2015

Colombia cobró revancha, venció con verraquera a Brasil

La ilusión de un país
Colombia se reencontró con su fútbol, venció merecidamente a Brasil, en lo que podía llamarse la revancha, un gol de Murillo fue suficiente. Excelente partido de Carlos Sánchez y destacadísimo partido de Cuadrado.

Olvidando el partido con Venezuela, Colombia inició mostrando muy buena impresión, asediando a Brasil, reecontrándose con su juego. Gran diferencia en relación con el partido contra la vinotinto, los brasileños permitían jugar dejando espacios para jugar. 

La respuesta a la actitud colombiana fue congelar el juego, esperando y tocando. Hasta los 15 ninguna ocasión para los dos equipos.

Colombia empezó a encontrar la fórmula para llegarle a Brasil, primero usando el contragolpe, a los 15 y 16 las primera llegadas, faltaba afinar el toque final. Colombia ratificaba la buena impresión del comienzo de partido.

En la mitad del campo se destacaba mucho Carlos Sánchez, recuperando, y entregando bien. Después lo intentó hasta con un tiro a puerta.

James encontró también su juego, a los 30, avisó de libre. Brasil respondía con el juego fuerte, un Neymar agresivo. Brasil dedicado más a defender, hace que Ospina se un espectador más - para fortuna nuestra- 

La recompensa al buen trabajo de Colombia llegó a los 37, una falta generada por Falcao y cobrada po Cuadrado, el balón quedó muerto en el área, Murillo muy atento la aprovechó Murillo, anotó el ansiado go,l era el trofeo al trabajo realizado.

Colombia no se quedó con el resultado, intentó aumentar, a los 38 vuelve a tenerse una ocasión más, faltó poco para engancharla. Brasil insiste con el juego fuerte, Firmino el que se ganó la amarilla. Más tarde a los 42 vuele Cuadrado a intentarlo, pasa algo desviada.

La única ocasión de Brasil en la primera parte llegó con Neymar, aunque se ayudó con la mano, Ospina consiguió mostrar su calidad parando un balón casi en raya.

Colombia intenta aumentar con Cuadrado de izquierda y media distancia, ensayó, algo desviado pero buena intención.

En la segunda parte Brasil salió mucho más ofensivo en la segunda parte. En una desafortunada jugada en devolución de Murillo, Colombia se salvó, afortunadamente Firmino falló (58). Brasil muy atento a los errores nuestros y con la necesidad de anotar.

Como en la primera parte Sanchez siguió haciendo un muy buen trabajo  ratificándose como la figura de Colombia, oportuno en los cortes y en los apoyos. Colombia juntó más las lineas. El equipo colombiano era el que esperaba.

Por momentos Brasil se le ve desesperado, por su parte Colombia muy atenta ante el asedio brasileño que hicieron que los últimos minutos fueran de infarto.

Final del partido y la alegría colombiana vuelve, los pitos suenan en la calle, las bubuselas y cuanto cosa haga ruido. Felicitación para Carlos Sánchez.

Una vez pitado el final del partido, Neymar como en casi todo el juego fue el lunar del partido, agredió a Bacca. y ll juez le mostró la roja a ambos.

¡¡Ahora a ratificar contra Perú!!
 
Los inicialistas: David Ospina; Camilo Zúñiga, Cristian Zapata, Jeison Murillo, Pablo Armero; Carlos Sánchez, Edwin Valencia, James Rodríguez, Juan Cuadrado; Teófilo Gutiérrez y Falcao García.

domingo, 14 de junio de 2015

Venezuela apaga la ilusión colombiana en la Copa América 2015

Venezuela amargó la ilusión colombiana derrotándola en el primer juego de la Copa América. Una vez más Venezuela le encontró la medida a Colombia, uno a cero fue suficiente para obligar a Colombia a mejorar, primero con Brasil y luego con Perú.

Un año después del excelente desempeño de la Selección Colombia en el Mundial de Brasil 2014, y las dudas generadas por el "fair play" mostrado por  FIFA - la del Sr. Blatter -, y destapado por la justicia de Estados Unidos en 2015. Una retocada selección Colombia inició una nueva aventura futbolística, esta vez con Falcao. El torneo; la Copa América 2015, el país organizador; Chile.

La primera salida de Colombia tuvo un matiz controversial, dividido entre quienes creían que la selección Colombia debía alinear a Falcao y los que defendían que el lugar debía ser  de Bacca o de J. Martínez, finalmente la decisión  de Pékerman; Falcao, el nueve y capitán, acompañado de Bacca.

El campo del  Estadio El Teniente de la ciudad de Rancagua - ciudad al sur de Santiago -; fue lugar designado por la Conmebol para la primera salida colombiana; el rival, la Selección Venezolana. Ambos equipos con la tricolor, la afición colombiana vistiendo con orgullo la camiseta, los venezolanos la vinotinto.

Como lo esperaba Colombia, los venezolanos salieron con un equipo muy junto, esperando en propio campo, impidiendo que el equipo colombiano encontrara, primero los espacios y después la claridad para llegar al arco de Baroja.

La estrategia venezolana estuvo acompañada del juego fuerte, que impidió la continuidad del partido, varias tarjetas amarillas fueron el merecimiento a este tipo de juego.

Venezuela esperó y contragolpeó, jugando también al error colombiano en defensa. La sorpresa para Colombia llegó a los 60 minutos, Rondón - como en la eliminatoria al mundial - marcó de cabeza, la asistencia fue de Guerra, el meta colombiano estaba más hacia el lado contrario por lo que no alcanzó a controlar. El silencio apareció no solo en el estadio sino frente a los televisores de la afición colombiana.

Más temprano (26 y 42 min.) ya Venezuela había avisado, en ambas ocasiones, Ospina demostraba porque es el arquero que es en Inglaterra.

A partir del gol,  Colombia lo intentó, no solo abriendo el campo, sino buscando alternativas con el ingreso de Cardona, Teo y Martinez.

La mejoría de Colombia se notó en la forma de llegar al arco venezolano con Cardona y la comprensión que existió entre James y Teo, sin embargo no fue suficiente para vencer a Baroja, que respondió muy bien cuando fue exigido. 

La pérdida obliga a Colombia a replantear no solo el equipo inicialista sino la forma enfrentar primero a un Brasil que seguramente será diferente al del mundial y al Perú de Ricardo Gareca, que al parecer le está dando una nueva identidad al equipo inca.
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domingo, 3 de mayo de 2015

Ciclistas al garete

Últimamente, se ha impulsado con fuerza el uso de la bicicleta como medio de transporte en las ciudades. Se argumentan razones ambientales, beneficios para la salud y la reducción de costos en el transporte.

En poblaciones pequeñas, no hace falta fomentar su uso; es común ver al campesino, al estudiante y al empleado desplazarse en bicicleta. En las ciudades más densamente pobladas, muchos ya la emplean como herramienta de trabajo: mensajeros, repartidores y otros para realizar domicilios. Un gran grupo la utiliza como medio de recreación los domingos y festivos en la ciclovía, mientras que otros participan en competiciones que nos hacen sentir orgullosos en el mundo del ciclismo.

En general, los ciudadanos aceptan la bicicleta como medio de transporte, excepto quizás por la insuficiente infraestructura de las ciclorrutas y el deplorable estado de las vías, que ponen en riesgo no solo a los ciclistas, sino también a los conductores y peatones.

Sin embargo, lo que muchos ciudadanos no toleran es el comportamiento de algunos ciclistas: no respetan los semáforos, evitan las ciclovías, transitan montados en puentes peatonales, exponiendo a quienes caminan. Además, muchos no usan elementos de protección, como cascos o prendas reflectivas para la noche.

Aunque parece que el Código Nacional de Tránsito no aborda estos vehículos, el artículo 94 establece normas para bicicletas, triciclos y motocicletas. Lamentablemente, muchas de estas normas son violadas por los ciclistas: no utilizan chalecos reflectivos, se apoyan en camiones en carreteras, transitan por andenes destinados a peatones, prefieren las vías para automóviles y desatienden señales de tránsito.

Para su propia seguridad, los ciclistas deberían usar cascos de seguridad, pero algunos los critican o los llevan solo en la mano. La imposición de comparendos por esta falta tuvo éxito temporal, pero hoy es extraño ver ciclistas con casco.

¿Se necesitará una mano dura para hacer cumplir las normas? Esto resulta difícil cuando el control del tránsito vehicular carece de personal suficiente o cuando las prioridades no se centran en esta problemática.

Quizás la solución más sensata sea retomar el tema de la cultura ciudadana, donde los ciudadanos tomen conciencia de las conductas que nos ponen en riesgo, tanto a nosotros como a los demás.

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miércoles, 1 de abril de 2015

Es posible sobrevivir en una motocicleta

En Bogotá y en las principales ciudades de Colombia, los monumentales trancones se han convertido en parte de la vida cotidiana, lo que hace que el día a día de los ciudadanos sea cada vez más estresante. Este panorama lleva a muchos a cuestionar y maldecir a quienes administran las ciudades, ya que parece que poco se hace para mejorar la situación. Una de las medidas implementadas fue la restricción vehicular, conocida como el pico y placa, que hoy en día podría interpretarse como una limitación al derecho a vivir en ciudades que brinden bienestar.

En cualquier parte de Bogotá, la desesperación por llegar a tiempo al trabajo o regresar a casa para descansar es palpable. Se buscan alternativas: desvíos, rutas más rápidas o incluso la irracional medida de salir de casa con dos horas de anticipación para recorrer apenas 20 kilómetros.

Además de la ineficiencia de las autoridades, los atascos son provocados por diversas razones: desde un vehículo varado, hasta conductores indisciplinados que parquean en zonas prohibidas, reduciendo los carriles y afectando la fluidez del tránsito. Un choque simple puede generar discusiones innecesarias, y uno más grave podría acabar con la vida de conductores o peatones. A esto se suman los curiosos que reducen la velocidad no para ayudar, sino para observar y crear su propia historia, un reflejo de la morbosidad presente en nuestra sociedad.

Si bien antes la mayoría de los accidentes involucraban automóviles, la situación ha cambiado. Hoy en día, es común encontrar motos accidentadas, muchas veces con trágicas consecuencias. A diferencia de los automóviles, los motociclistas suelen quedar en una situación más delicada, donde, por ejemplo, los curiosos solo pueden identificar el género del accidentado debido a la imposibilidad de retirar los cascos, lo que oculta las expresiones faciales.

El número de accidentes ha ido en aumento, casi al mismo ritmo que crece la cantidad de motos en las calles. Este es un problema grave tanto para Colombia como para el mundo, con diversas causas que ilustran esta problemática.

¿Por qué tantos accidentes?

El desmedido aumento de motos en Bogotá, facilitado por su fácil adquisición, la imprudencia de algunos motociclistas, la falta de pericia de otros, el exceso de confianza en la conducción, y en algunos casos la intolerancia tanto de conductores de motos como de automóviles, son factores que se suman al mal estado de las vías.

¿Qué hacer para sobrevivir en una moto?

Existen numerosos sitios web con consejos para preservar la vida al conducir una moto. Estos son útiles tanto para los motociclistas como para quienes convivimos con ellos en las calles. Sin estar sobre una moto, podemos observar a quienes zigzaguean entre carros, intentan pasar por espacios extremadamente estrechos, o imitan a pilotos como Rossi o Márquez, expertos en velocidad, pero en pistas de carrera.

Algunas recomendaciones preventivas no están de más. Aunque su finalidad es preventiva, ignorarlas puede derivar en situaciones de riesgo y arrepentimientos posteriores:

  • Aprender a conducir y conocer la motocicleta: No es lo mismo manejar una scooter de menos de 100 cc que una moto de 1000 cc. A mayor potencia, mayor cuidado, y también mayor el riesgo.
  • Conducir a la defensiva: Mantener una velocidad segura permite maniobrar más fácilmente.
  • Guardar y exigir distancia de seguridad: En caso de emergencia, esta distancia puede facilitar las maniobras.
  • Evitar conducir bajo la lluvia: Las vías se vuelven resbaladizas y la visibilidad disminuye considerablemente.
  • Asegurarse de ser visible: Mantenerse en el ángulo de visión de los espejos de otros vehículos, usar material reflectante y mantener las luces encendidas.
  • Recordar que las calles no son pistas de carreras: Las velocidades extremas deben reservarse para autódromos, donde existen medidas de seguridad como zonas de escape y camas de arena.
  • No suponer que los demás anticiparán tus movimientos.
  • Estar atentos a las condiciones de las vías: En Bogotá no podemos confiar en que las calles estén en perfectas condiciones.
  • Usar equipo de protección adecuado: Casco, botas, guantes y protectores no son solo para cumplir con una norma, sino para proteger la vida.
  • Respetar las normas del Código de Tránsito: Más allá de evitar sanciones, lo más importante es preservar la vida, que no tiene reposición.

Además de seguir estas recomendaciones, los motociclistas deben ser conscientes de los riesgos que implica conducir una moto.

Aunque la mayoría de los motociclistas son ciudadanos comunes que utilizan la moto como medio de transporte o de trabajo, también las autoridades de tránsito las usan. Es fundamental que estas autoridades no solo se preocupen por sancionar, sino que cumplan con las normas, usando apropiadamente los cascos y respetando las señales de tránsito.

Por último, las autoridades deberían promover programas formativos para los motociclistas que fomenten una conducción segura, así como endurecer los requisitos para la adquisición de una moto. Esto ayudaría a desincentivar su uso, conscientes de que no hemos logrado ofrecer una movilidad adecuada en nuestras ciudades.

Finalmente, en cada hogar hay alguien que espera que el día termine bien, y que todos lleguemos sanos y salvos, sin importar el vehículo que utilicemos para salir o regresar a nuestros destinos.

Santiago de Tunja, la historia en presente

Cinco de la tarde, caminando por calles adoquinadas, a los costados, construcciones con influencia arquitectónica española, un viento frío que recorre las calles, 2 810 msnm marca el GPS, sus habitantes muchos todavía se guarecen del frío vistiendo un ruana, estamos en el centro histórico de Tunja, el clima parece más helado para el visitante, para el tunjano es costumbre, no un esfuerzo.

Algunos conocen la capital del Departamento de Boyacá como Santiago de Tunja, sin embargo no es oficialmente el nombre, al parecer tiene que ver con la división parroquial, algunas instituciones religiosas usan ese impactante nombre. La ciudad, como la queramos llamar, está emplazada al norooriete de Colombia, la zona un poco árida en suelos, pero de riqueza histórica, exuberante desde la misma conquista hasta la creación de la República de Colombia. 

Plaza Real de Tunja
Para llegar a Tunja de Bogotá; se gastan poco más o menos dos horas, aunque en un futuro no muy lejano, esperamos que el tiempo se reduzca, terminada la doble calzada; de Chiquinquirá un hora; de Bucaramanga, algo más de cinco horas.

Para quien ha decidido destino Tunja dispone de cultura, arquitectura, y de una diversidad educativa principalmente en educación superior.
El Festival Internacional de la Cultura de Tunja ofrece a los colombianos desde 1973, una variada oferta cultural, tuvo su inicio con la Orquesta de Cámara de Leipzig y la Orquesta Sinfónica de Boston, la situación evolucionó considerando que todos los géneros tienen su propia belleza musical; se mezclan la música popular con los refinados compases de la clásica, sin embargo la música no es el único arte presente; danza, literatura, artes plásticas, cine y el patrimonio cultural.

En torno a la arquitectura; Catedral de Tunja, de gótico-isabelinos con detalles platerescos del renacimiento español. El templo de Santa Clara la Real, el de San Francisco, San Laureano y Santa Bárbara. Plaza Real de Tunja.

Pozo de Donato
Como parte de la cultura precolombina, al norte de Tunja y cerca de la UPTC, la cultura muisca contaba con un sitio sagrado en la ciudad de Hunza, hoy popularmente conocido como el Pozo de Donato, pero como etiqueta la Cámara de Comercio; Laguna de Hunzua - en homenaje al primer Zaque de Tunja -, es además un parque y museo arqueológico. El sitio está lleno de leyendas algo inverosímiles. Como parte de la leyenda, los proverbios también surgieron; ante una deuda de dudoso recaudo,"cayó al pozo de donato", !esa platica se perdió!.

La tranquilidad, las cortas distancias, han hecho de Tunja, algo parecido a una Ciudad Universitaria, varias instituciones de educación superior ofrecen sus programas en esta ciudad: Universidad de Boyacá, Universidad Antonio Nariño, Escuela Superior de Administración Pública, Cread Universidad Javeriana, Universidad Santo Tomás y la Fundación Universitaria Juan de Castellanos que nació en esta ciudad, es un institución de vocación confesional religiosa, el nombre de se debe al cura, poeta y cronista español, quien vivió sus últimos años en Tunja -. En el ámbito público quizá el más reconocido centro de educación superior; La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. 

La propuesta universitaria es muy grande para una ciudad de poco menos de doscientos mil habitantes - sobran cupos para boyacenses, muchos se matriculan y son procedentes de Bogotá -, quizá por esto se pueden ver estudiantes de diversas regiones de la geografía colombiana.
 
Para el apasionado por el fútbol, Tunja pasó de tradición cero fútbol a contar con dos equipos en la primera división del fútbol profesional colombiano; Patriotas F.C., y Boyacá Chicó, este último campeón en una oportunidad, el estadio La Independencia invita a los tunjanos cada fin de semana a disfrutar del fútbol.
Puente de Boyacá

La cercanía de algunas ciudades y lugares históricos; Villa de Leyva, Pantano de Vargas, Puente de Boyacá , convierten a Tunja el epicentro de la Ruta Libertadora.

Si su propósito es conocer Colombia, quédese unos minutos en Tunja, le fascinará, será un estancia fenomenal, se le convertirá en familiar, regresará feliz; en últimas más de las tres efes con las que peyorativamente se refieren algunos.

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domingo, 28 de diciembre de 2014

Valientes lanceros en el Pantano de Vargas

De camino a Boyacá utilizando la ruta libertadora encontramos dos lugares destacados en la historia republicana de Colombia: el Puente de Boyacá y el Pantano de Vargas. En los dos sitios hay monumentos que conmemoran batallas que contribuyeron a liberarnos de los españoles. Uno de ellos fue erigido en homenaje a los 14 lanceros que lucharon en el Pantano de Vargas. En la batalla del Pantano de Vargas Bolívar pronunció la conocida expresión !Salve usted la patria!. 

Monumento Pantano de Vargas - Arenas Betancourt
Para llegar al lugar se puede utilizar dos rutas: la primera, saliendo del municipio de Paipa hacia el este – hará falta recorrer unos pocos kilómetros - y desde Duitama, el trayecto parece también corto por la geografía que se atraviesa. Cualquiera que sea la decisión, el estado de la vía es aceptable, a lado y lado de la carretera el ambiente es muy acogedor, emprendedor; colombianos regando cultivos, regando progreso, al parecer hay personas que tienen buen poder adquisitivo y buen gusto por las construcciones en las que habitan. Para poder apreciar el entorno de ambas carreteras conviene ingresar por Duitama y regresar hacia Paipa. La capacidad hotelera de los dos municipios ofrece al turista la posibilidad de hospedarse con tranquilidad y comodidad. 

Cuando se arriba, quizá la única dificultad sea buscar un parqueadero, después se cuenta con sitios para beber algo - no necesariamente bebidas alcohólicas - disfrutar de comida típica boyacense y de muchos sitios de nuestra geografía. Y si alguien quiere agradecer a quien sea, por ejemplo los cristianos, se puede encontrar una iglesia católica para hacer sus oraciones o agradecer porque existan lugares como estos.

Volviendo por lo histórico, en frente del parqueadero vemos el majestuoso monumento a los lanceros, obra del maestro Rodrigo Arenas Betancourt - terminada en 1969 -. Es una escultura de bronce, acero y concreto en la que se representó a los catorce llaneros luchando en sus caballos y a su líder, Juan José Rondón. El monumento no solo es impresionante por su tamaño sino por el momento histórico que representa. Al ver cada imagen de los guerreros podemos sentir el gran valor de estos colombianos como se evidencia en una de ellas, un llanero que ignorando el dolor causado por la lanza que lo atraviesa, continúa con su lucha, y otro más adelante, probablemente el que encabezaba, anima a sus compañeros para conseguir el triunfo. A estos valientes llaneros lo que les faltaba en ropa y en armas les sobraba en valor. Para apreciar de cerca la obra hay que subir 36 escalones que según una de las personas que narran por ahí, representa la edad de Simón Bolívar el día de la batalla. 

El monumento se encuentra justo al frente de la casa de Vargas, al parecer el sitio donde Bolívar tenía su centro de operaciones. El visitante encontrará a una persona vestida también a la usanza de la época, quien narra también algunos de los acontecimientos históricos sucedidos en el lugar. 

Terminada la visita en una plazoleta ubicada al sur del monumento el turista podrá llevar recuerdos; llaveros, portalápices, manillas, la típica ruana, sombreros de distintas regiones de Colombia, más y más artesanías. 

Muchos de los habitantes de la región han encontrado distintas formas de conseguir algo de dinero - el precio de la historia - : carrozas en las que dan paseos, restaurantes, cuidadores de vehículos y tiendas de artesanías. 

Con poco dinero, además de recordar o saber algo de nuestra historia, podemos conocer uno de los departamentos más de bellos de nuestra Colombia: Boyacá. 

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Más de Boyacá  

Combate del Pantano de Vargas. Disponible en: http://www.ejercito.mil.co/?idcategoria=286481

BOYACÁ: inmensa variedad climática y turística. Disponible en: http://nuestracolombiana.blogspot.com/2013/06/boyaca-inmensa-variedad-climatica-y.html 

domingo, 23 de noviembre de 2014

Los artistas del semáforo disminuyen las cifras de desempleo

El gobierno colombiano muestra cifras de desempleo que parecen muy alentadoras, sin embargo en los indicadores se incluye el empleo informal. Dentro estos empleados se encuentra que muchos de esos colombianos tienen como lugar de trabajo el semáforo, se aprovechan de los treinta o más segundos que permanece en rojo; sus clientes: los conductores de carros detenidos por obligación.

En los cruces de calles encontramos los que permanecen horas y horas por ahí, casi siempre bajo un sol abrazador, se nota en sus rostros que no tienen con qué para aplicarse el bloqueador. Algunas de estas personas esperan llamar la atención al ocasional conductor de carro que ha asegurado la parada aplicando el freno de mano, o que quizá subió el vidrio de la ventana de su vehículo por prevención o para evitar la interacción con el exterior. Entre los carros se vende, se pide limosna, alguien ofrece un espectáculo, quizá un lisiado, otro que parece ciego porque lleva un lazarillo, uno más que lleva un arrugado cartel con un mensaje escrito a mano y tinta algo diluida, nos hace saber que es desplazado; en últimas, muchos esperan que se compadezcan de sus carencias. En cualquier caso esperan que la respuesta sea la misma, una moneda - limosna-. Otros, sin embargo, de manera  más valorable, aspiran hacer una venta: la de un dulce, una fruta exótica, un bolsa para la basura, la bandera nacional cuando juega la selección o celebramos las fiestas patrias, cualquier artilugio para el vehículo o la casa, y el que tiene montado un espectáculo para ganar un centavo.

Este último, es un trabajador del semáforo, el artista callejero, que utiliza como escenario el marco que generan las luces rojas del semáforo vehicular en la parte superior y las verdes del semáforo peatonal por los costados; sin pagar el gasto energético de los leds*, aprovecha los cambios programados para adornar su actuación. Treinta o más segundos que deben suficientes para lograr llamar la atención de los espectadores, y convencer para que le paguen por su acto.

Uno de estos "shows", es el del malabarista con tres o cuatro machetes que hace danzar en el aire. El sonido metálico hace que la mirada de los pasajeros de los vehículos y la del ciudadano que casualmente pasa por allí se fije en el espectáculo y admire o sencillamente sienta algo de escalofríos por algún fortuito fallo. Terminada su actuación, cien, doscientos, y con menor frecuencia quinientos pesos, aparecen por las ventanillas de los conductores para dar un reconocimiento a su trabajo. Las luces cambian, la satisfacción del artista se siente por lo recibido, un breve descanso y un nuevo público estaciona para ver al desconocido artista. La luces amarillas indican que los espectadores se renovarán. Si estuviéramos por ahí mucho tiempo, los recambios de público serán incontables.

En otra parte de la ciudad, las mismas luces rojas, verdes y amarillas adornan otra actuación: la de dos acróbatas, una chica de cuerpo no tan estilizado, con una sonrisa permanente, algo de maquillaje llamativo, y un hombre de atlética apariencia, que con fuerza y precisión, asegura no solo la integridad de la niña, sino realizar una arriesgada maniobra para lograr un acto más espectacular. La respiración se contiene por la ejecución de estos acróbatas, con tranquilidad se observa que todo ha salido bien. Culminada la actuación extienden sus manos entre los carros, esperan su recompensa.

Muchos semáforos, muchos lugares de la ciudad, disfrutan al mismo tiempo de cientos de espectáculos. Bailarines, artistas de circo, más malabaristas, quizá la excepción sea la del tragafuegos que debe esperar que la noche llegue para que la visibilidad de esta tea humana sea más llamativa; la boca de este personaje despedirá una y otra vez una bocanada de fuego. Al final el desagradable sabor del querosene será compensado con una moneda, haciendo olvidar el aliento a combustible. Eventualmente alguna herida hará pensar en el abandono, sin embargo podrá más la necesidad de alimento para quienes le esperan en casa.

Muchos de estos "artistas" no terminan su actividad en los semáforos, continúan en sus hogares practicando, repitiendo, perfeccionando, garantizando un pago, y en otros, la propia vida de sus familias.

Aunque es agradable apreciar la destreza de estos colombianos que deben acudir a una calle para ganar el sustento diario, desilusiona que el Estado no pueda cumplir con las promesas de creación de más empleos y sí que se favorezca más a otros que quieren vivir de subsidios y hacen menos por el trabajo.

*Diodo de material semiconductor que emite luz al aplicar una tensión eléctrica, y que se utiliza para componer imágenes en pantallas de diversos instrumentos, como calculadoras, relojes digitales. RAE

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